26 * Luz en las sombras
Capítulo 26 Luz en las sombras Dicen que todos, sin excepción, albergamos demonios en los pliegues más recónditos del alma — criaturas que respiran sin pulmones, que viven sin sangre, alimentándose de silencios prolongados como quien sorbe el rocío de madrugadas interminables. No siempre se manifiestan. Rara vez les damos nombre. Pero permanecen: agazapados entre las pausas de las conversaciones, disfrazados de orgullo herido, anidando en cicatrices que aprendieron a respirar bajo la piel, como si el dolor fuera su único oxígeno. Durante años los dejamos crecer en penumbra —convencidos de que ignorarlos equivale a desarmarlos—, mientras ellos se nutren del mutismo, engordan con el miedo, multiplican sus susurros cuando intentamos esquivarlos. No gritan, pero sus murmullos se filtran en los sueños como agua entre las grietas del muro. No golpean, pero su peso se instala sobre los hombros cada amanecer, transformando el simple acto de levantarse en una pequeña épica cotidiana. ...